Paseando por la mitad del mundo

Después de salir del paraiso marino de las Galápagos volvimos al continente. Corre que te corre para pillar un autobús hacia la ciudad de Cuenca, no, nos hemos vuelto locos con tanto cambio de pais, de verdad, lo que pasa que los españoles o bien no tenemos mucha imaginación a la hora de inventar nombres o adoramos los lugares donde nacemos, la cuestión es que hay nombres de ciudades españolas por toda latinoamérica. Esta Cuenca no se caracteriza por sus casas colgantes sino por tener uno de las cascos históricos más bonitos del pais en el que destaca sobre todo las cúpulas de su catedral, la foto de las mismas es el emblema de la ciudad y no es para menos...

Tras pasar un par de dias en un precioso hostal tipo casa andaluza nos dirijimos a la capital del pais, Quito. Convertida en patrimonio mundial de la cultura hace 30 años, Quito, es un ciudad para pasear, sus calles adoquinadas invitan a ello.En esta ciudad la hermosura se centra en las iglesias, aunque no seas creyente es inevitable el visitarlas porque su calidad arquitectonica te deja pasmado. La catedral, el convento de S.Blas, el de San Francisco, Santa Catalina y asi hasta 30 enormes edificaciones religiosas que llenan el enorme centro de la ciudad, pero por encima de ellas destaca la iglesia de la Compañia, no por su frontis, bello si, sino por su interior, revestido en láminas de oro de 23 kilates, solo hemos visto un interior más impresionante que este, el de San Marcos en Venecia, simplemente espectacular.

Como colofón a nuestra estancia en Ecuador decidimos ir a visitar el denominado Centro del Mundo, este lugar, por donde pasa la linea ecuatorial es, sobretodo, divertido y es que en él existe un museo donde puedes comprobar por ti mismo como cambia la fuerza de atracción terrestre en este lugar, por ejemplo puedes poner un huevo en vertical) juraito que yo lo hice) o vencer en fuerza sin ningún tipo de problema a alguien que pesa el doble que tú, sino que le pregunten a Jaime, fue muy didáctico y entretenido, nos lo pasamos como niños pequeños.